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El español de las dos orillas - antología.

Publié le 06/12/2021

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El español de las dos orillas - antología.
Manuel Alvar, estudioso de la lengua de América y España, refiere en la primera parte de esta obra los "Motivos históricos" de las palabras castilla, español, castellano,
ladino o romance, nombres con los cuales la comunidad de hispanohablantes designa a la lengua que los une. El ensayo "Español de dos mundos", del que hemos extraído
un fragmento, fue incluido en las Actas del II Congreso Internacional del Español de América celebrado en Valladolid en 1989.

Fragmento de El español de las dos orillas.
De Manuel Alvar.
Capítulo I
Español de las dos orillas
Gracias a la lengua, América se había creado. Porque sin unidad lingüística América no hubiera sido América. Sería las taifas independizadas por su
incomunicación, no la unidad carismática d...

« El español de las dos orillas - antología. Manuel Alvar, estudioso de la lengua de América y España, refiere en la primera parte de esta obra los “Motivos históricos” de las palabras castilla , español , castellano , ladino o romance , nombres con los cuales la comunidad de hispanohablantes designa a la lengua que los une.

El ensayo “Español de dos mundos”, del que hemos extraído un fragmento, fue incluido en las Actas del II Congreso Internacional del Español de América celebrado en Valladolid en 1989. Fragmento de El español de las dos orillas. De Manuel Alvar. Capítulo I Español de las dos orillas Gracias a la lengua, América se había creado.

Porque sin unidad lingüística América no hubiera sido América.

Sería las taifas independizadas por suincomunicación, no la unidad carismática de esos pueblos indios, españoles y negros que crearon una hermosísima, angustiada y dolorosa realidad.

Y esto –unidadlingüística– en trinidad de sangres se llamó hispanización.

México o Perú no son Haití o Canadá.

No se trasladó la vida de España, se trasladó la tras-vida con laplenitud del sacrificio y con la miseria del pecado.

Doble faz de la moneda, material y espiritual que con moldes cristianos permitió nacer un mundo nuevo que eraotra cosa distinta.

Valgan unas palabras de Uslar Pietri: «Si los españoles hubieran ido a América con una mentalidad colonial, a la inglesa o a la francesa, Méxicosería la India».

Gracias a esto, Ernesto Sábato –hijo de italianos– puede decir que está más cerca de un indio mejicano que hable español que de un sueco.

Todaexégesis eludo. Las tres ramas del árbol se enlazaron, como los bejucos en torno a una ceiba, y se produjo el mestizaje biológico; lo que asustaba a los sabios europeos, incluido elcientífico Pittard, era la fuente que daba vigor a esos hombres que crearon el realismo mágico y, desde él, en palabras de Miguel Ángel Asturias, dieron nuevo vigoral estudio de la sociología.

Y en este mestizaje está el porvenir de tales pueblos: valgan las esperanzas de Vasconcelos o de Rosenblat; valga, como expresiónliteraria, aquel criollo de Las lanzas coloradas que decide poner su astil al servicio del rey y arrastra en su salvaje galopada a una turba de jinetes indios, negros ymestizos.

Esas gentes, unidas en la lucha por los gritos de su lengua, se expresaban sólo en español.

Era algo más importante que el mestizaje biológico, todos eran yamestizos culturales a través de la lengua y, gracias a ella, mestizo es el mejicano que reniega de Cortés o el peruano que dignifica a Pizarro.

Acaso esto nos lleve a unconcepto de raza que no tiene que ver con genotipos y fenotipos, con caracteres fundamentales y recesivos, con enlaces de cromosomas, estamos -acabo de decirlo-ante un concepto de raza cultural a la que pertenecemos todos, blancos y negros, indios y zambos, mestizos, mulatos, jíbaros, tentenpiés, soltoatrás, tentenelaires ynoteentiendos.

Y las otras mil castas que Carpentier derrama desde su barroca cornucopia como hizo el Inca Garcilaso con la suya al alborear el siglo XVII.

Somos loque somos no por los genes que nos formaron, sino por la visión del mundo que tenemos.

Y la visión del mundo nos la da la lengua, nos la conforma la lengua y latransmitimos por la lengua.

Perder la lengua es transculturarse -no me importa si para bien o para mal-, es cambiarse de cultura; permanecer en la lengua es ser unaespecie de hombre y no otra -y quiero creer que para bien-.

Hace tres años acabé en Samaná una encuesta lingüística con un negro gigantesco, allí, tan lejos, tanperdido, tan sin sentido para nadie, un dialectólogo español estaba identificándose con un hombre al que le unía la visión del mundo adquirida por la lengua.

Haceunos meses en una plaza de Guanajuato, una vieja india me pidió limosna; sobre el cielo azulísimo una mano me bendijo y unos labios me hablaron español: «Dios teguarde, mi hijo, y te tenga siempre bajo su amparo».

Y otro día, la visión del mundo se expresaba en lo que es mi fe y mi esperanza.

En Mitla, en los aposentos delVija-Tao, una india, ¿mixteca, zapoteca, zoque?, a mi pregunta «¿qué habla señora?» me contestó: «Hablo pura Castilla». Fuente: Alvar, Manuel.

El español de las dos orillas. Madrid: Editorial Mapfre, 1993. Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993--2008 Microsoft Corporation.

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